Fresa
Fresa, como un suspiro suave,
se desliza en tu piel, y mi alma se abre.
Fresa en tu cuerpo, dulce y fragante,
el toque de almas danzantes.
Te toco despacio, como quien tiene miedo
de perderse en el espacio, de perderse en un deseo.
El sabor de la fresa se derrama en tu piel,
como una caricia que no tiene fin, que es fiel.
Tus ojos me llaman, tu respiración se entrelaza,
y cada rose mío en tu cuerpo te abraza.
El calor se enciende, el fresco se esconde,
y en cada beso, el amor responde.
La fresa en tus labios, la dulzura perfecta,
cada beso que te doy es una promesa correcta.
Y en este instante, no hay nada más cierto,
que el sabor de tu amor… y el calor en mi pecho.
Fresa en tu cuerpo, suave y tentadora,
cada rose en tu piel, una historia que aflora.
Tu piel, como campo de fresas maduras,
responde a mi toque con dulces aventuras.
Y mientras mis labios exploran tu cuello,
el sabor de la fresa se mescla con el desvelo.
En este instante, tu y yo somos uno solo,
un amor que arde suave, como un dulce protocolo.
Cada caricia es un pacto que hacemos en silencio,
donde las fresas nos besan en un dulce comienzo.
El sabor de tu piel, la esencia de mi amor,
se entrelazan donde existe el esplendor.
Cabalo de mar









