Manzana del eden
Manzana que fluye como un encanto,
masaje que despierta lo más deseado.
Cálido y callado, una caricia divina,
como el toque suave de una luz que ilumina.
Candente, dulce, sabor a manzana del Edén,
un bocado celestial que te hace perder el bien.
Cada roce, un suspiro, una promesa callada,
el placer se derrama, en una danza sagrada.
El cuerpo se rinde al éxtasis que añoras,
el calor se convierte en fuego que imploras.
Sabor a manzana, fresca, como la anochecer,
un viaje sin fin, donde solo hay placer.
Seduzco con el simple toque de tu piel divino,
en cada caricia, el Edén se hace cercano y fino.
Así, en cada roce, te elevo al infinito,
en un paraíso de gemidos venditos.
Siente cómo me recorro en tu piel divina,
explorando cada rincón, cada sensación intima.
Mi calor besa tu cuello, tu pecho, tu vientre,
mientras el deseo arde, incondicionalmente.
Tus gemidos se mezclan con mi sabor,
en un coro de placer que nos mantiene en amor .
Mis caricias se deslizan, buscando tu centro,
donde el éxtasis espera, ansioso y sin tiempo.
El ritmo aumenta, tú placer se enciende,
en un baile de pasión que nos hace perder la razón.
Cada embestida, un grito de placer,
un clímax que nos lleva al cielo, sin querer volver.
Luciérnaga









