Frutas
Fruta prohibida que se desliza con suavidad infinita,
sensación que envuelve, caricia exquisita.
Resbaloso y cálido, un toque sensual,
que despierta en la piel un deseo ancestral.
Si comerte es tentador, ahora imagina tú sabor,
un festín secreto de pecados completos.
Roses desprendiendo un suave aroma a placer,
un juego oculto y restringido , que no deja de crecer.
El calor se funde en el tiempo,
y la piel se rinde al deseo eterno.
Frutas prohibidas, frescas, dulces al alma,
en cada caricia se enciende la calma.
Un viaje de sensaciones, un éxtasis escondido,
un rojo pecado en forma compartido.
Con cada toque, un deseo profundo,
frutas prohibidas, en este rincón del inframundo.
Luciernaga









