Vainilla
Vainilla, en tu piel se desliza,
como un deseo que arde y no avisa.
Vainilla, dulce y cálida, me llama,
y cada roce mío es una llama.
Tus labios me provocan, tu cuerpo me tienta,
el sabor de tu vainilla en mi boca revienta.
Mis dedos te recorren, lento y atrevido,
en cada caricia, tu deseo queda concluido.
El aroma se derrama, el calor nos envuelve,
y en cada suspiro, el deseo se resuelve.
No hay vuelta atrás, solo el gritos y gemidos,
y la vainilla es nuestro lazo de enredo.
Caballo de mar








