Chocolate
Chocolate, se desliza ferozmente,
como el deseo que tengo al comerte.
Chocolate en tus labios, y en tu piel un pecado
te beso lentamente, y me voy a lo complicado.
Como deseo en silencio te toca,
como mi amor, que no siempre se invoca.
Empieza el juego, sin planes ni meta,
como quien ama con fuerza y con cada letra.
Mis manos te atrapan, mis labios te llaman,
en este juego de pación, nuestras almas se matan.
Chocolate en tu piel, dulce y profundo,
nos consume en este instante, sin freno sin rumbo
Cada caricia quema, cada beso incita,
me haces perder el control, tu cuerpo me invita.
El calor se eleva, y en tu piel me elevo,
el chocolate se derrama, y yo me ofrezco entero.
Tus gemidos me incitan, con más fuerza,
y cada caricia se vuelve chocolate que se aprecia.
Y en la tibia fragancia de un dulce suspiro,
te digo “te amo” sin voz, sin sonido.
Luciérnaga









